Silverstone, que ya forma parte del folklore de la Fórmula 1, era anteriormente un aeródromo situado en el centro de Inglaterra. Es aquí donde se corrió la primera prueba del Campeonato del Mundo de Fórmula 1 de la historia, y se le conoce como el hogar del automovilismo británico. Rodeado de campos y pueblecitos, este circuito ha experimentado gran cantidad de cambios durante su prolongada historia y pronto será modificado de nuevo para añadir una curva peraltada. Situado en una zona llana y expuesta, continúa siendo una pista donde prima la potencia para los valientes, con rectas rapidísimas y curvas que proporcionan emoción para los aficionados y prueban a los pilotos hasta el límite de sus posibilidades. A lo largo de la historia del circuito se han dado innumerables luchas, pero es vox populi entre el público británico que este circuito concede un segundo por vuelta a los pilotos que corren en casa. Nigel Mansell se aprovechó de ello cuando dio un tirón y adelantó a Nelson Piquet en una maniobra espectacular en 1987.
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