Un grupo de personas con caretas de Ramoncín asalta las oficinas de la

Lancerevo · 30 de Junio del 2006

Las claves:

* Era una protesta contra el canon que establece la recién aprobada Ley de Propiedad Intelectual.

* El grupo 'Rompamos el Silencio' ha reivindicado el acto en su página web.

Un grupo de personas integradas en la organización "Rompamos el Silencio", que agrupa a varios colectivos sociales, asaltaron el jueves la sede de la Sociedad General de Autores (SGAE) en Madrid en contra de nuevo canon digital que establece la recién aprobada Ley de Propiedad Intelectual.

Los activistas de la organización asaltaron la sede de la SGAE de Madrid, situada en la calle Fernando VI, con caretas de Ramoncín, lanzando billetes de 100 euros falsos, pegando monedas de 10 céntimos en el suelo y gritando en contra del canon digital.

También tiraron pasquines, con máscaras del cantante Ramoncín -consejero de la SGAE-, y gritaron en contra del canon, provocando "pequeños destrozos" en la fachada del Palacio de Longoria, motivo por el cual tuvo que intervenir la Policía Nacional.

En la página web Kaosenlared.net se hace un relato pormenorizado de los hechos, narrando cómo a las 13.15 horas unas 60 personas entraron en la sede madrileña de dicha entidad de gestión.

Ramoncín se ha convertido desde hace tiempo en blanco de numerosas críticas por parte de todos aquellos que están en contra tanto del canon como de la gestión que realiza la SGAE de los derechos de autor.

Uno de los últimos episodios que protagonizó el cantante fue una discusión con Joaquín Sabina con motivo de la denominación "Carretera y top manta" que este último dio a su gira.

En esa misma entrevista, Ramoncín aprovechaba para criticar a la Ministra de Cultura por su relación con las operadoras de telecomunicaciones, las responsables -según él- del problema de la piratería.

La asociación "Rompamos el silencio", que reivindicó el asato a la SGAE en su página web, comenzó esta misma semana una serie variada de acciones de protesta, como la de reunir a sus miembros en el Arzobispado de Madrid para apostatar de la Iglesia Católica, y ocupar el antiguo Cine Bogart de Madrid en contra de la especulación inmobiliaria y la precariedad social.

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