A mí me encantaría pasarla en bikini, en una playita de arenas blancas y aguas cristalinas. Hace unos años la pasé en Cuba. Fué muy curioso todo porque, primero celebramos las campanadas en el avión, brindando con cava. Llegamos a La Habanna y con el cambio de horario, faltaban 4 horas para el fin de año. Duchita, cambio de ropa y a brindar de nuevo con cava. Y lo que me pude reir cuando, al dar las campanadas veo que aparecen en la pantalla gigante que tenían puesta en el hotel, la Obregón y el Ramontxu....
Volvería a repetirlo, tengo un muy buen recuerdo de todo ello. De paso, os recomiendo La Habanna. Un ciudad muy especial y con un encanto muy peculiar.