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owell

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Todo lo publicado por owell

  1. Ayer mismo compre el abrillantador de Autoglym en el conce. La lata es de 5 litros. Su precio es de 41€. Vale la pena comprar este formato, ya que sale mucho mas económico que el pequeño. La capacidad de este último es de 250cl si no recuerdo mal, y su precio ronda los 10€. Así que lo que te costaría un litro en frascos pequeños, te puedes comprar cinco en el conce. Eso sí, como dice guantera, no todos los conces tienen o como mínimo se molestan en buscarlo..
  2. ¿Alguien sabe dónde puedo encontrar la cera natural de carnauba Poorboys Natty's Paste Wax? Se que se pueden adquirir a través de internet, pero me gustaría conocer algún sitio dónde la vendan y la pueda ver. A ver quien me echa un cable... :clap1:
  3. Hola Guantera! En primer lugar, te quisiera hacer responsable único de que esta tarde me haya gastado 120 € en productos de limpieza .. Me ha faltado comprar la cera de Autoglym y la Rubber Plus Cleanner 5 también de Autoglym. Por cierto, para limpiar los plasticos de la rejilla delantera ¿se utiliza este último producto?. A ver si me lo aclaras que mañana tengo que poner en marcha el resto de productos que he podido conseguir. Hablando de precios, por la Rubber Plus Cleanner 5 me han pedido 47 euros en un concesionario oficial y por la cera de Autoglym de 5 litros otros tantos mas o menos. Estos precios estan actualizados ya que lo pregunté el jueves pasado. ¿Esto es lo que os piden a vosotros?. Bueno, un saludo y felicidades por este hilo tan interesante y por tu dedicación a aclararnos cosas.
  4. Enhorabuena a los dos
  5. Gracias Copyright por la información, ahora le echaré un vistazó. Goodson, la pagina del enlaze de BMW no me sale ningun formalario y no encuentro la pestaña dónde me dirija a los coches de ocasión. ¿podrías indicarme? El enlaze de MB no lo he probado. Cuando lo haga lo expongo por aqui. Gracias :clap1:
  6. Para mi, la versión cabrio de este modelo es uno de los descapotables que han hecho. Ese coche me encanta. :clap1:
  7. Juan-ito la información que reciba que sea interesante la comunicaré por aquí, no te preocupes. Titanius tienes un MP.
  8. Si alguien tiene direcciones de páginas WEB dónde los concesionarios oficiales Audi, Mercedes y BMW de Alemania expongan sus coches de KM 0 o de ocasión, le agradecería que los pusiera aquí. Gracias
  9. owell

    COnsejo de coche nuevo

  10. owell

    Carta desde el desguace

  11. owell

    ME CAMBIO lo entendereis!

    Muy bonito. Buen gusto :clap1: Felicidades!
  12. owell

    Carta desde el desguace

    Os paso un relato emotivo que he encontrado por la red. Espero que os guste. Carta desde el desguace Lo que más me preocupa (me aterra) es que llegue el día en que no me queden “órganos” útiles que dar y pase a la siguiente fase, en la que me quedase reducido a un cubo de materia inservible y, posteriormente, la liquidación (me convierta en un líquido) y el reciclaje. Entenderán mi amargura si además les digo que encima de mí tengo a tres semejantes más (peor está el que tengo debajo) apilados como en uno de sus cementerios, pero sin la dignidad y la intimidad que da la individualidad de un nicho. Aquí tengo que soportar los líquidos, aceites, pintura y demás materias que la erosión desprende de mis finados compañeros de arriba. Pero lo peor es que cerca se encuentra una carretera (sólo nombrarla me emociona) y, desde ella, me llega el “vivo” sonido de los motores de los autos al surcarla, el rumor de sus neumáticos con el roce del asfalto, la caricia del viento roto por la velocidad. Y todo me hace recordar lo que fui, lo feliz que fui... Nací turismo, turismo utilitario (no tuve la suerte de nacer con “estrella” y haber sido un coche de lujo). Me terminaron de ensamblar el 7 de junio de 1995 (como figura en mi permiso de circulación). Todavía recuerdo mis nervios ante mi primer arranque... ¿fallaría mi motor?... entonces noté la admisión, como se comprimía y explosionaba, luego el escape de los gases... ¡miles de veces por minuto! ¡Funcionaba! Mis primeros metros los hice hasta el tren que me llevaría al concesionario. La verdad es que hubiese ido por mis propios medios. Luego, anclado en el mercancías, sintiendo el aire acariciar mi carrocería, como anticipo de lo que me esperaba. Recuerdo el entusiasmo, la alegría, la incertidumbre que sentíamos todos los vehículos en aquel tren. ¿Quién nos acogería? ¿Tendríamos nuestra propia plaza de garaje? Llevaba unos días en el concesionario, en la zona de exposición. Me habían aspirado, lavado y encerado. Y el sol que entraba por la cristalera resaltaba mi color azul caribe ¡Casi nada! La verdad es que era toda una tentación. Vi a Manolo, por primera vez, un sábado por la mañana. Entró acompañado por Teresa, su mujer, y sus dos hijas, la pequeña Teresita, de 8 años, y Juanito, de 12. Nada más verlos noté unas vibraciones en mi interior, un flechazo como dirían ustedes. Se acercaron hasta donde me encontraba acompañados de mi representante humano, quien les habló de mis virtudes: “es un coche que consume poco, puede albergar a cuatro personas cómodamente, además está de oferta de nacimiento (bueno, creo que dijo de lanzamiento). Mientras les contaba mis excelencias, la pequeña Teresa se sentó en mi asiento trasero... <<déjenla, este coche está hecho a prueba de niños... je, je>>... metió su manita en el bolsillo de su pequeño chándal y encontró un trozo de chocolate olvidado del día anterior. Al final se quedaron conmigo. ¡Les gusté! Bueno, ayudó un poco el que les descontaran 25000 ptas. por las dulces manchas en mi tapicería. Aquellos primeros meses fueron los más felices de mi vida. Manolo me lavaba todas las semanas. Lo hacía él mismo, a mano. Me pasaba la esponja con delicadeza al tiempo que cantaba. Algunas veces hasta me hablaba, y se enfadaba cuando veía una raya, o la prueba de haber coincidido, en el espacio y tiempo, con algún pájaro diarreico. ¡Pero que te han hecho! -me decía mientras se afanaba-. Además, me quitaba el polvo casi todos los días con un plumero (ay, mi plumero...),... con que suavidad lo pasaba. Me ponía a 100, y mi temperatura subía... Incluso, una vez, se me llegó a conectar el circuito de refrigeración. Por la noche, cuando me dejaba en el parking de la finca, camino del ascensor, se volvía y me miraba con orgullo, con amor (alguna vez le oí decir: ¡hasta mañana!). Sentía como me envidiaban los otros autos veteranos del parking. El que tenía enfrente me dijo un día... <<no siempre te tratará así; antes de lo que imaginas, dejarás de estar mimado, reluciente y aspirado, y para ellos sólo serás lo que eres: un utilitario; y, en menos de lo que crees, te sustituirán por otro, y pasarás a ser el segundón que duerme en la calle, o, lo que es peor, te venderán a un novato. Como hizo con el que has sustituido. El otro día me crucé con él y daba pena: sucio, abollado, y con esa “L” denigrante. Le hice un saludo con la larga, y él me lo devolvió con una de posición. Su batería no daba para más. Mi viejo amigo SEAT..., dentro de poco acabará en el desguace...>>. Cuando nombró la palabra desguace, a algunos coches se les disparó la alarma. Otro coche, que se encontraba varias plazas a mi derecha, gritó: ¡QUERÉIS CALLAROS! ¡MAÑANA ME VOY A GALICIA Y NECESITO DESCANSAR! S e hizo el silencio, y yo me quedé pensando en todo lo que me había dicho. ¿Sería cierto? El tiempo despejaría mis dudas. Éramos tan felices los cinco... Los fines de semana nos íbamos al campo y lo pasábamos en grande. Mientras Teresa hacia la paella, Manolo, Juanito y Teresita jugaban al balón, y yo, con mis puertas abiertas, les deleitaba con mi música. Después de comer, la pequeña Teresita se quedaba dormida en mi mullido regazo. Luego, cuando despertaba, Manolo me sintonizaba y oía el fútbol. Cómo vibrábamos los dos con los goles de su equipo. Pero esta felicidad fue menguando con el paso de los años... Un domingo salimos de excursión, pero Juanito no vino. Manolo y Teresa discutieron, reprochándose uno al otro el que Juanito se hubiera ido de fiesta con los amigos la noche anterior . A partir de ese día mi relación con Manolo se deterioró. Como si él, al igual que yo, se hubiese dado cuenta de que un ciclo de nuestras vidas se acababa, y que el tiempo acechaba al final de cada segundo. O cada kilómetro. Los valores materiales (yo) empezaban a devaluarse para Manolo (hasta que me sustituyó el muy hi... pócrita). Llegué a los 100000 kms. en mi s..to aniversario y el decimoctavo de Juanito. Días después no dormí en mi querida plaza de garaje. Quedé en la calle a merced de las inclemencias del tiempo y de los gatos (malditos gatos). Por la mañana vi salir, camino del trabajo, a Manolo con “otro”, un última generación más grande que yo (¿para qué?, si últimamente, casi siempre, íbamos los dos solos). Cuando pasó por mi lado ni me miró. Sonreía. Al parecer su auto-estima estaba restablecida. Los siguientes días fueron muy tristes. La intemperie no era nada comparada con la incertidumbre: ¿me habrían vendido? O, lo que es peor, ¿me llevarían al desguace? ¡Si sólo tenía 6 años (aunque yo funcionaba bien, la eutanasia aplicada a un coche era legal)! El siguiente sábado salí de dudas. Conocí a mi nuevo propietario. Vi venir hacia mí a Manolo acompañado de un sonriente Juanito. Abrieron mi portón trasero y me colocaron la nefasta “L”. ¡Yo un coche en prácticas! El disgusto se me pasó en cuanto Juanito, que parecía verme por primera vez, se sentó en mi puesto de conducción y colocó sus manos en mi volante. De nuevo volví a sentir el cariño y la emoción de un humano en mi interior. Con Juanito rejuvenecí. Estaba orgulloso de mí. Me llevaba de fiesta por la noche con sus amigos, y yo era el centro de atención. ¡Y le tenían envidia de tenerme! Escuchaban música, y la verdad es que no sabía que podría correr tanto. Aunque yo, a mis años, prefería las veladas más tranquilas, como cuando me llevaba al autocine (bonita palabra) con alguna chica. Ellos no se enteraban de la película..., pero yo, es que ni me movía. Sobre todo me gustaban las de ciencia-ficción, en las que las máquinas nos adueñábamos de la Tierra y usábamos a los humanos como sirvientes (sí, ustedes les llaman todavía ficción. Y, así, con tanta marcha, al final me ocurrió lo que tenía que ocurrir. Descubrí que padecía una dolencia grave (la que a la postre me llevaría al desguace) el verano pasado. Juanito empezó a salir de forma regular con Maribel, solos los dos (y yo), sin amigos. Una noche, cuando regresábamos de la discoteca, me sacó de la carretera y nos adentramos por un camino que acababa en un campo de naranjos (alevosía). Una vez allí, apagó mis luces (nocturnidad). No puedo decir que lo que ocurrió después fuese ensañamiento, pero yo, que no estaba para esos trotes, me deje llevar por la intensidad del momento, sin darme cuenta de que mi junta de culatas se dilataba y dejaba escapar unas gotas de aceite. Yo las noté, húmedas y calientes, deslizarse como una caricia por mi motor, sin percatarme , en esos placenteros instantes, de que aquello era el principio de mi fin. Era consciente de que a mi edad valía menos que una cara reparación. Por eso sufría cada vez que aparcaba y en el asfalto quedaba la evidencia de mi trastorno. La lluvia me salvó un par de veces llevándose mi negra hemorragia. Otra vez, que me encontraba en doble fila, me empujaron, y mi aceite quedó bajo el motor de un deportivo (¡jódete, narcisista fanfarrón!) que llegó después. Pero era cuestión de tiempo que, hasta el despistado de Juanito, se diera cuenta que perdía más aceite que el Prestige. Lo vi venir de frente (Santa Culata, Santos Pistones, que no la vea). Se paró a dos metros y la vio, y luego me miró a mí como a un perro adulto que se hubiese meado en el comedor, en la alfombra. Todavía tuve fuerzas para llegar a un taller. Allí me colocaron en una elevadora y, sin decoro alguno, mis bajos quedaron expuestos a la vista de todos. <<No vale la pena>> -dijo aquel matasanos de azul-. Así que, de una lata hizo una pequeña transfusión de mi negra sangre, y, en estado terminal, logré llevar a Juanito hasta casa. Días después estuvieron retirando de mi interior cualquier vestigio que me recordara una vida en común. A los pocos minutos llegó la fúnebre y traidora grúa con su tenebroso garfio. No hubo lágrimas mientras me enganchaban y me elevaban como a un atún cogido al anzuelo. Antes de que se me llevaran, Juanito dijo, <<un momento, me olvidaba algo>>. Se me acercó, abrió la puerta y cogió mi ambientador. <<Para mi nuevo coche>> -agregó, sonriendo en el instante que una sacudida iniciara mi último y luctuoso viaje. En fin, lo único que les pido es que sean cariñosos con sus vehículos. ¡Ah!... y, por favor,... hasta que salgamos de la factoría con dispositivo de sensatez (espero que de serie), dependemos de ustedes. Así que, recuerden: ¡NO CORRAN! La vida es demasiado hermosa como para acabar antes de hora aquí, en el desguace. (Sacado de la edicion digital de el Vedat, una asociación vecinal de Valencia)
  13. owell

    sobre la transferencia

  14. owell

    Nuevo Moderador

    Enhorabuena abuelo!!! :cry1: :cry1: Si no sabes que hacer con tanto millón por tu fichaje, avísame que te ayudo.
  15. No lo conocia. Desde que me decidí a comprarme el coche, busqué información y opiniones y a través de ahí encontré esta página. Debo decir que me ha ayudado mucho a través de los comentarios y experiencias de cada uno de los usuarios. ASÍ que un 10 para este foro.
  16. Poned los altavoces y escuchad a las estrellas... http://62.27.44.109/slrlive/webspecial/slr...ovie_flash.html
  17. owell

    Coches de Importación

    Hoy, buscando coche, he encontrado esta página de coches de importación http://www.vmautomobiles.de/nuestros_precios.php. La verdad es que tiene unos muy buenos precios. Por poner un ejemplo: Audi A3 modelo 2005 11.000 Euros Si alguien les ha comprado un coches, pues eso..que nos cuente su experiencia.
  18. owell

    ¿DSG o Manual?

    Veo que van habiendo diferentes opiniones respecto al DSG. Lo que se cale puede ser una tontería o no. Depende de dónde te ocurra. Así que yo le doy su importancia. Si se cala 1 de cada 10 veces, como comentais, cuando se circula a una velocidad baja (tráfico de ciudad por ejemplo) creo que es un porcentaje algo elevado. Y dependiendo dónde te ocurra puedes tener peor o mejor suerte. Si por citar el ejemplo que pone el compañero "des", cuando vamos a entrar una rotonda ciruculando a baja velocidad y vemos que podemos incorporarnos a la misma entre coche y coche pero para ello debemos dar un golpe de gas si en ese momento se cala.... pués puede que a nuestro coche lo acaben "arañando". El otro inconveniente és el que explica "aldiazq", que aquí todavía no deben de tener mucha idea de cómo se arregla este tipo de cambio en caso de avería, ya que sí por una tontería han tardado dos meses en arreglarlo no quiero pensar lo que pasaría si la cosa fuera un poco más complicada.