...Los hombres son naturalmente indiferentes entre sí; las mujeres son enemigas por naturaleza. Esto debe depender de que el odium figulinum, la rivalidad, que está restringida entre los hombres a los de cada oficio, abarca en las mujeres a toda la especie, porque todas ellas no tienen más que un mismo oficio y un mismo negocio. Basta que se encuentren en la calle para que crucen miradas de güelfos y gibelinos. Salta a los ojos que en la primera entrevista de dos mujeres hay más contención, disimulo y reserva que en una primera entrevista entre hombres.
De "El amor, las mujeres y la muerte.", A. Schopenhauer (1788-1860).
Lo que sabian nuestros antepasados.........
Creo cada vez más el dicho de que ya está todo dicho y escrito antes.