Parece que España sea el centro del mundo y la cuestión sea: O estás conmigo o contra mi.
Nada más lejos de la realidad, soy catalán y me llevo de coña con madrileños, mañicos, gallegos, franceses, polacos y en general con todo aquella persona con sentido común.
Las discusiones las dejo para los políticos que para eso cobran y, cada cuatro años, elegir la mejor opción.