Yo, cuando vivía en casa de mis padres, al trabajar por la noche dormía por la mañana. El vecino de al lado tenía un perro pequeño pero que ladraba el condenao a destajo, a todas horas durante todo el día. Lo hablé varias veces con él y le pedí por favor que dejara al perro en otra terraza que da a la calle o donde fuera, pero que necesitaba dormir. Pues bien, el h. de p. se tiró 3 años dando por c*** hasta que me fuí de casa de mis padres, porque al buen vecino no le salía de los cataplines cambiar al perro de sitio. Por supuesto él (mi vecino) se levantaba todos los días a las 6 de la mañana con musiquita guapa a toda castaña (su hora de irse a currar eran las 8 y pico), al menos cuando mis padres no estaban en casa. Es absurdo ese pique pero era la única manera de desahogarme, dándole su propia medicina. Con esto no quiero decir que sea el mismo caso ni mucho menos, pero es que a veces esos adorables perrillos se vuelven demonios a los ojos de alguien que necesita descanso.