Bueno, realmente podría poner esto en el hilo de "cuenta aquí eso de ti que a nadie le importa una mier**", pero tampoco creo que nadie se moleste porque abra un hilo nuevo.
Supongo que a todos os pasaría como a mi, de pequeños disfrutábais de la noche de reyes con ilusión, esperando con nerviosismo que llegase el momento de comprobar si habían venido los reyes y qué nos habían traido. Pero desgraciadamente esto no dura eternamente y de una manera u otra, antes o después, descubrimos lo inocentes que hemos sido creyendo que todo era verdad y pensando que los reyes magos tenían hasta tiempo de beberse el vaso de leche con galletas que les preparábamos mientras colocaban cuidadosamente los regalos precisamente esa noche, en la que en solo unas horas tenían que pasar por las casas de millones de niños que esperaban también sus regalos. Y cómo dábamos por buenas esas forzadas explicaciones que nos daban nuestros padres cuando se nos ocurría una pregunta difícil de responder y les poníamos en un aprieto.
Yo recuerdo que me dió pena enterarme de la verdad, ya nunca lo volví a vivir de la misma manera. Intentaba disimular para que mi hermano pequeño no perdiese esa ilusión y en cierta manera disfrutaba viéndole a él, y traté de que se enterase lo más tarde posible, aunque tampoco tardó demasiado en descubrir la verdad...
Y ahora...pues ahora tengo dos hijos, el pequeño aún no se entera de nada, sólo tiene 6 meses. Pero mi hija, que tiene 2 años y medio, está emocionadísima, este es el primer año que empieza a disfrutar esa ilusión. El otro día escribimos la carta para Papá Noel, y se esfuerza en portarse bien porque cree que él puede ver lo que hace y que sólo le traerá regalos si se porta bien. Le dije que Papá Noel estaba esperando un mensaje mio en el que le confirmase si podía venir o no. Esta noche cuando ya había pasado un buen rato de la hora de dormir y estaba bastante revoltosa, sin decir nada me he levantado a por el móvil, me he sentado toqueteándolo y ha venido corriendo, me ha dicho "Papi, no le mandes un mensaje a Papá Noel que ya estoy dormida", se ha tumbado a mi lado y se ha dormido. :claugh:
Y en cierta manera me está haciendo revivir momentos de mi infancia que ya ni recordaba y haciéndome recuperar la ilusión por esta tradición. Incluso el hecho de entrar en una tienda de juguetes en estas fechas, algo desesperante para mi que odio las aglomeraciones de gente y no soporto estar en un centro comercial en hora punta, me resulta mucho menos angustioso que habitualmente mientras observo, y alucino, con los juguetes que hay hoy en día. No me considero mayor, pero viendo los juguetes de hoy los de mi época me parecen antiquísimos. Hay auténticas virguerías.
Entre ellas, ésta, que le he encargado a Papá Noel para mi hija. :ranting2:
En fin, que aunque conforme nos hacemos mayores cada vez tenemos más responsabilidades, obligaciones, menos tiempo libre y muchas más preocupaciones y mal humor, en el fondo nunca dejamos de ser niños, aunque a veces haga falta ver a tus propios hijos para recordarlo.