Voy a hacer un comentario ya que cASI soy el patriarca.
Soy del 58 (y al que se cachondee, le pego un tiro cuando le vea). Si, si, del 58. La raza humana ya existía en aquellos años.
En la escuela donde íbamos nunca me tocaron. Eso sí, a los que se pasaban les hacían poner la mano con la punta de los dedos para arriba y ala, con al regla. Dolía un poco, pero nada más.
Mi padre y mi madre nunca me tocaron.
A mi hija, la “pretendida” por algunos foreros, le he dado alguna vez un “toque” en el culo, pero con el mismo ímpetu que le puedo dar en la espalda a un amigo cuando le saludo: o sea, nada.
Y que yo sepa, nunca ha hecho nada parecido a lo de algunos energúmenos.
¿Por qué lo hacen?: pues ni idea. Podría estar aquí enrollado dos años y explicaros batallitas rollo “los Alcantara” de “Cuéntame…”, pero no es el caso.
Sólo he querido expresar mi experiencia de padre con una hija ya mayor y que ha crecido con “armonía”, según lo que yo entiendo por armonía en un hogar familiar.