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UN VIAJE INOLVIDABLE: AUDI RS4 AVANT


Climber

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Esta será la crónica de un viaje que he realizado en la semana del 22 al 26 de junio de este año. El objetivo, ir en grupo para experimentar dos circuitos míticos. Spa-Francorchamps, y Nurburgring.

 

Todo empezó con la organización, un día cualquiera de febrero se acerca un colega y te comenta que están montando un grupo para ir a hacer unos trackdays en esos dos circuitos. La primera impresión es decir, qué guay!! Me apunto, aunque luego viene la organización.

 

Puedes hacerlo de diversas maneras, desde alquilar algo y correr allí, hasta subir con tu propio coche a los circuitos.

 

La opción más segura, y quizás la más barata según qué coche alquilas, es pagar el viaje del avión y alquilar. No obstante, lo más barato es un Suzuki Swift, preparado para correr, eso sí, que según el tiempo que corras te costará entre 250 y 900 euros. Si por ejemplo te hace gracia correr en un McLaren o un 991 GT3, la cosa cambia y a esos precios hay que añadir un cero más. Pero hay gente pa tó, y lo pagan.

 

En nuestro caso optamos por fletar un camión para que nos llevara los coches hasta Alemania, y desde allí, circular con nuestros coches.

 

Se hacen los preparativos, en especial, tener el coche a punto. Estuve mirando el tiempo, y muchas previsiones anunciaban mal tiempo, así que opté por coger el Audi RS4 y dejar al GT2 en casa, a resguardo en el garaje. Una vez elegida el arma, había que prepararla bien. Neumáticos nuevos, cambio de líquidos, líquido de frenos de competición, discos Brembo GT, pastillas Pagid amarillas, latiguillos metálicos y suspensiones roscadas (homologadas en ficha). Suficiente para no quedarse parado y divertirte un rato.

 

Llegado el día cargamos camiones (un M3 E46 preparado, varios GT3, un GT3 RS, Nissan GTR, Porsche GT2, 991 Turbo S, 997 Turbos, etc, etc) y pa Alemania que van.

 

Mientras, los pilotos con sus cascos y maletas se disponían a coger el avión destino Frankfurt. Llegados al aeropuerto, nos recibe el típico tiempo alemán, frío, lluvia, nubes, de todo menos sol veraniego. Recuperamos los coches y allá que nos vamos. El primer día, nos fuimos a acompañar a un 997 GT3 a un taller para acabar de ponerlo a punto. El taller en cuestión estaba a 3 minutos del Ring y es el preparador Schirmer (si ponéis en Youtube Bmw M3 Schirmer veréis sus M3 haciendo 6:59 en el Ring). Impresionante lo que había en ese garaje. Desde M3 preparados hasta las trancas, hasta GTR embarrados, pasando por algún GT3 RS, GT2 RS o Corvette igualmente preparados.

 

Una vez acabada la geometría de suspensiones del GT3 del colega, estábamos listos para seguir viaje hacia Spa. Había ganas de entrar al Ring, pero llovía tanto y hacía tan mal tiempo que no era una buena idea estrenarse con ese tiempo en ese circuito.

 

Llegados al hotel, fuimos a cenar y a prepararnos para lo que sería una gran jornada.

 

Ya al día siguiente nos levantamos con el mismo tiempo. Llovizna, frío, vamos, un día de verano total.

 

Cuando llegas al circuito ya intuyes que estás en un sitio especial. Los parking son gigantes, ves los típicos pinos con los pianos amarillo-rojos de este circuito perdido entre las montañas. Es espectacular el escenario, es un bosque con un circuito que lo discurre, por eso el tiempo cambia de esa manera.

 

Tras el briefing comienza la fiesta. Los aparatos eran de consideración, GTR, 991 GT3, GT3 RS, 918 Spyder, Koenisseg, equipos de competición (entre ellos el BMW Z4 GT3 que recientemente ha ganado las 24 horas de Spa), y agua.

 

Salimos con el RS4 a tantear el terreno. El recorrido comienza con una muy fuerte bajada, y donde ya vislumbras el muro que se te viene encima, llegas muy rápido (160-180 km/h en el RS) y sobretodo, no gires antes de tiempo porque no harás bien la temible Eau Rouge. Cualquier corrección en esa curva, incluso con un aparato tan plantado como un RS4 es sinónimo de pérdida de control del coche. La trazada es relativamente fácil, un toque a izquierda antes de entrar, cuentas uno y otro toque a derecha y volante recto para hacer la trazada y salir como un rayo para encarar la larga recta. El desnivel es alucinante, es un muro, punto. Ya nos avisaron en el briefing, cuidado los GT3 que con agua si movéis el volante os iréis. Y así fue, a la hora ya había un Gt3 menos en el circuito. Continuamos con el trazado, la larga recta acaba en una sucesión de derecha-izquierda-derecha que son muy divertidas, y resbaladizas. Le sigue una pequeña recta en bajada con una laaaaaarrrgga curva a derecha que deja mucho margen de maniobra, recta y curva a izquierda, más cerrada de lo que aparenta, todo en bajada, y encaras una recta en bajada (hay que bajar toda la subida que haces desde Eau Rouge hasta la sucesión de curvas) que acaba con una curva rápida de izquierdas (en mojado acojona). Luego siguen unas curvas fáciles en S hasta que encaras dos ángulos de casi 90º para encarar la recta-curva final. En esa zona se va muy rápido pero hay que tener cuidado con la última curva a izquierdas, superrápida, pero que en mojado no da ese tacto que te da confianza, y piensas que si te sales ahí, te vas a hacer daño. Finalmente llegas a la chicane, la Bus Stop, lenta, muy lenta y encaras la recta de meta.

 

A medida que se coge confianza vas apurando las frenadas, los puntos de giro y de contacto, y vas disfrutando, apurando un poco más. Tengo vídeos de alguna vuelta, y recordaré especialmente un par de momentos mágicos. El primero en pleno aguacero, recordando un reportaje del Jeremy Clarkson, donde decía que un RS4 que hacía de Safety Car le obligaron a reducir un poco porque los coches de competición no podían seguirlo, esa sensación la tuve, y está grabado, vuelta donde el RS4 adelanta a varios GT3, 997 y 991, y con propina final donde adelantamos a un Nissan GTR. Había agua, sí, pero la sensación de poder absoluto que me dieron esas vueltas, fue inmensa. Qué coche!!!!

 

El otro momento fue al final del día, y es que en la última media hora del Track, volvió a llover con fuerza, y dado que ya se acababa la jornada muchos optaron por marcharse. De esta forma, me quedé solo rodando en Spa, se fue la lluvia, apareció el sol del atardecer, con ese color fuego iluminando el cielo de Spa. Mágico. El coche no desfallecía ni un momento, yo disfrutaba como un enano. Fuemágico.

 

Al día siguiente fuimos rumbo al Ring. Cuando llegas ahí nada te prepara para lo que vas a ver. Por mucho que te lo imagines, verlo en la realidad es una sensación mágica. No sólo por el circuito en sí, sino que ahí puede ver cualquier cosa. Y es que justo al lado hay un polígono donde están todas las marcas de coches con sus naves de pruebas. Pasar una mañana por la zona te permitirá ver las últimas novedades (991 GT3 RS) hasta las que están por salir (AMG GT Black Series). El ir y venir de coches camuflados y sin camuflar es impresionante. También hay talleres como el de Getspeed donde cambié las pastillas del RS4 que estaban gastadillas, y donde había por lo menos 15 GT3 RS, aparte de otras maravillas. Ahí tienen cualquier pieza en stock, es impresionante. Y luego está el circuito. Cuando no hay los Tourist Days o Track Days, están las marcas rodando y probando, y puedes pasarte la mañana viéndolos pasar en las diferentes zonas del circuito.

 

El Ring es la única carretera de peaje de Alemania, esto no lo sabe mucha gente. No es un circuito de competición propiamente dicho. Hay límites de velocidad, aunque no se suelen respetar te pueden medir y si no los cumples te pueden echar. Si te sales o tienes un accidente, tú has de indemnizar al circuito el tiempo que esté parado, aparte de pagar a 150/metro la valla que hayas podido abollar/romper (si hay 3 o 4 vallas como es habitual el precio total es de 450 o 600/metro). Pero la gente corre, y mucho.

 

La primera vez que entras, has de ir con la cabeza muy fría porque es muy fácil salirse. De hecho, casi todos los accidentes que vi en los dos días que estuve fueron en las primeras enlazadas, a kilómetro o dos kilómetros de la salida. Una pena. Es muy normal que haya fallecidos, es habitual (siempre casi diría yo) que en cada sesión alguien se la piñe, y no son piños lentos, porque se va muy, muy rápido. Los desniveles del circuito acojonan, has de ir, porque no te lo puedes imaginar. Los botes, los vuelos, las frenadas, las curvas ciegas, las curvas que engañan, son 20 km de auténtico espectáculo, al principio te asusta, y mucho!! Pero engancha. En los dos días pude hacer 5 vueltas, son 20 km cada vuelta, pero exigen mucho al piloto y al coche. Es normal que te pase un Opel Corsa, es normal que un RS4 adelante a un M4, porque ahí se corre lo que tú decidas correr. Es normal que puedas encontrarte un autobús paseando a los turistas. Entran las motos con los coches, todos juntos, y a piñarse que van. Es peligroso, pero al mismo tiempo mágico. Al final no tomé tiempos en ninguna vuelta, no vale la pena porque entonces arriesgarás más de lo que debes. Inolvidables la curva del Karrussel, los saltos a más de 200 km/h, las largas rectas, los sube y baja, el paisaje. Mágico.

 

Y nada más, la comida no es la mediterránea, aunque las salchichas están muy buenas. Se habló mucho de coches, y más coches, buenas cervezas y se acabó. Vuelta a España. Cargamos coches y avión. ¿Cuándo volvemos?

 

 

 

A continuación pondré alguna foto del viaje.

 

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