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Los Hermanos Quake. Capítulo 6.


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Hola a todos!!!

 

Siendo hoy el día de Navidad me he sentido con la obligación de regalaros un nuevo capítulo de mi novela. Había pensado en poneros el siguiente capítulo, el 2, pero, a pesar de ser un capítulo muy interesante, no está a la altura de lo que cualquier persona espera de Papá Noel el día de Navidad. Así pues, y aún no siguiendo el orden de los capítulos, aquí tenéis mi regalo de Navidad. Espero que desfrutéis leyéndolo tanto como yo he disfrutado escribiéndolo.

 

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Los Hermanos Quake. CAPITULO 6.

¡CONFIESA LADRON!

 

Eran las once de la mañana de un frío mes de Noviembre. Half Quake se encontraba sentado al volante de su coche. A su lado le acompañaba Tiny, su hermano pequeño. Max, el mayor de los tres hermanos, no había podido ir con ellos pues una reunión se lo había impedido. No obstante, los dos hermanos de Max sabían lo que tenían que hacer y lo iban a hacer pues la noche anterior lo habían planeado entre los tres mientras cenaban en casa de Max.

Half encontró aparcamiento a escasos 30 metros del local donde cuatro meses antes Tiny había comprado un Audi A4 AVANT de Importación. Ambos salieron del coche y se colocaron justo enfrente del local del compraventa pero al otro lado de la calle. Una vez estuvieron preparados Half dijo:

– ¡Suerte y al toro, hermanito!

Tiny esbozó una sonrisa y mirando a su hermano le contestó:

– ¡Y tú que lo veas desde aquí!

Acto seguido Tiny cruzó la calle y se dirigió directamente a la entrada del local del compraventa. Abrió la puerta y buscó con la mirada a Swindler hallándolo sentado tras una de las dos mesas que habían a un lado del local. Se acercó y dijo:

– Hola Swindler.

– Buenos días Sr. Quake, ¿Cómo Usted por aquí? ¿Va todo bien? –preguntó Swindler levantándose de la silla y alargando la mano para saludar a Tiny.

– Verás, he venido porque tengo un problema con el Audi A4 que me vendiste hace cuatro meses.

– ¿Un problema? ¿Qué problema? –preguntó Swindler.

– Mira, he llevado el coche a un taller mecánico para que mirasen un extraño soplido que hace el motor cuando doy gas. Un mecánico puso el coche sobre unas plataformas y lo levantó. Cuando vio el coche por debajo me dijo que los bajos del coche están que dan pena y me preguntó cuántos kilómetros tenía el coche y si era de importación. Le contesté a sus preguntas y me aseguró que mi coche tenía muchos más kilómetros de los que yo decía y que seguramente el cuentakilómetros estaba trucado, ¿Sabes algo de todo esto? –acabó preguntando Tiny.

Swindler se había enfrentado varias veces a esa misma pregunta durante los tres años que llevaba vendiendo coches y sabía lo que tenía que hacer y que contestar:

– No, yo no se nada. Ese mecánico se habrá confundido porque en Alemania nieva mucho y la sal que tiran en las carreteras hace que enseguida los coches parezcan mucho más viejos si se miran por debajo.

– O sea, que tú me aseguras que el coche que me vendiste en Julio tenía los 69.000 kilómetros que tú dices y que nadie ha cambiado el cuentakilómetros, ¿No?

– Pues claro. No se preocupe que el soplido que hace su coche debe ser algún manguito del motor que se tiene que ajustar y ya está.

– Pues lo siento pero estás equivocado porque el soplido del motor es por culpa del tubo de admisión que está rajado y además el mecánico me ha dicho que este problema es imposible que ocurra en un coche que tiene sólo 75.000 kilómetros.

– Bueno, eso nunca se sabe, cada coche es diferente y todo el mundo sabe que las piezas mecánicas pueden estropearse en cualquier momento –respondió Swindler algo nervioso.

– Vamos a ver. El mecánico me ha asegurado que ese tubo lo ha cambiado varias veces a coches que llevan el mismo motor que el mío y nunca lo ha hecho en un coche que tuviera menos de 120.000 kilómetros así que te lo voy a preguntar por segunda vez, ¿Alguien ha manipulado el cuentakilómetros del coche que me vendiste?

Swindler ya se mostraba visiblemente inquieto y empezaba a agitar las manos.

– Le estoy diciendo que yo no se nada del cuentakilómetros de su coche y que yo lo compré en Alemania con los kilómetros con los que se lo vendí a Usted. A mi nunca ningún cliente se me ha quejado de esto ni he tenido problemas de este tipo con nadie.

– Pues creo que ahora sí vas a tener un problema con alguien porque anteayer llevé el coche al Servicio Oficial Audi que está al principio de la calle y según ellos mi coche estuvo en un Taller Oficial Audi de Alemania el pasado 15 de Mayo y entonces ya tenía 193.000 kilómetros así que o tú me estás mintiendo o a ti te engañaron cuando compraste mi coche en Alemania –dijo Tiny mirando fijamente a los ojos de Swindler.

– Bueno… No sé… Quizás los del Taller de Audi se han equivocado y te han dado los datos de otro coche.

– Swindler –dijo Tiny con tranquilidad–, los del Taller de Audi no se han equivocado porque yo estaba delante y lo hemos comprobado tres veces. Mi coche tenía 193.000 kilómetros el pasado mes de Mayo, o sea, dos meses antes de que tú me lo vendieses y quiero saber quién le ha quitado más de 120.000 kilómetros al cuentakilómetros de mi coche.

– Yo le aseguro que no he sido y la única explicación es que me lo vendieron en Alemania con los kilómetros ya trucados.

– Vamos a ver si nos aclaramos –dijo Tiny–. Tú compraste mi coche en Alemania, ¿verdad?

– Claro –contestó escuetamente Swindler.

– Y como es lógico antes de que te entregaran el coche firmaste un contrato de compraventa, ¿verdad?

– Si, claro.

– Y ese contrato de compraventa escrito en alemán demuestra que tú compraste el coche y que no es robado, ¿verdad?

– ¡Pues claro! –contestó Swindler separando las manos en signo de obviedad.

– Verás, me he estado informando y en todos los contratos de compraventa que se hacen en Alemania siempre se pone la cantidad de kilómetros que tenía el coche en el momento de venderse para evitar problemas en el futuro pues en Alemania manipular el cuentakilómetros de un coche es cárcel. Por tanto estoy seguro que como ardes en deseos de demostrarme que no me has estafado y que el coche que me vendiste no es robado me vas a enseñar ahora mismo ese contrato de compraventa escrito en alemán donde aparece tu nombre, el nombre del concesionario o empresa donde compraste el coche, el número de bastidor de mi coche, la fecha de compra, el precio que pagaste y por supuesto la cantidad de kilómetros que tenía el coche cuando lo compraste en Alemania.

Swindler se quedó mudo de golpe. Llevaba tres años vendiendo coches de importación y nunca nadie le había puesto en un aprieto como este. Como Swindler no decía nada Tiny añadió:

– Bueno, ¿Me vas a contestar o no?

Swindler finalmente reaccionó.

– Ese contrato no hace falta que se lo enseñe porque está en alemán y no entendería nada de lo que pone. Le repito que no sé nada de los kilómetros y si quiere ya llamaré mañana a Alemania para preguntar si alguien sabe qué ha pasado con los kilómetros de su coche.

Tiny se quedó pensativo recordando lo que la noche anterior su hermano Max había predicho que pasaría e increíblemente la conversación se estaba desarrollando según los planes. Así pues, Tiny dio el siguiente paso.

– Verás, da la casualidad que tengo un primo que desde pequeño ha estudiado el idioma Alemán y sin problemas me dirá lo que pone en ese contrato escrito en alemán que tú tienes aunque ahora que pienso… no debe ser tan difícil encontrar la casilla donde pone el número de kilómetros de un coche en un documento de compraventa escrito en alemán, ¿verdad?

Swindler ya estaba de los nervios y contestó lo único que podía contestar.

– Ese contrato es un documento privado y no tengo porqué enseñárselo a Usted ni a nadie y si me disculpa tengo que realizar unas gestiones así que le agradecería que se marchase.

– ¿Perdón? ¿Me estás diciendo que dentro de esos archivadores que hay detrás tuyo hay un documento que demuestra que mi coche no es robado y que demuestra que tú no me has estafado y aún así te niegas a enseñármelo? –Antes de que contestase Swindler, Tiny cogió aire y continuó diciendo:

– Mira Swindler, te voy a poner las cosas muy claras. Si no me enseñas ahora mismo ese contrato de compraventa escrito en alemán voy a dar por sentado que has sido tú quien ha cambiado el cuentakilómetros de mi coche antes de vendérmelo así que voy a conseguir un certificado de kilometraje real que demuestre que como mínimo has incumplido nuestro contrato de compraventa. No se si además podré demostrar que me has estafado pues para ello tú me tendrías que entregar el contrato que te estoy pidiendo o yo conseguir la otra copia que está en algún lugar de Alemania pero que sepas que esto se va a poner feísimo, ¿Te ha quedado claro? Así que… ¿Me enseñas ahora mismo ese contrato escrito en alemán que demuestra que no me has estafado o prefieres que me vaya ahora mismo y le de trabajo al hermano de mi suegro que es abogado?

Swindler se quería fundir. La mente se le había quedado en blanco. Por más que buscaba la frase idónea para calmar a Tiny no la encontraba. Antes de que Swindler contestase se le adelantó Tiny diciendo:

– Mira, yo solo quiero saber la verdad. Me han dicho que muchos de vosotros os dedicáis a manipular el cuentakilómetros de los coches para sacar una buena tajada y estoy seguro que también lo has hecho tú con el mío. No obstante, estoy dispuesto a llegar a un acuerdo para que no tengamos que llegar a los tribunales y acaben cerrándote el negocio. ¿Te interesa?

A Swindler finalmente le pareció ver la luz al final del túnel y contestó:

– ¿Qué quieres?

– Mira, el trato es el siguiente: Como soy un tío muy orgulloso quiero que reconozcas que tú manipulaste el cuentakilómetros de mi coche antes de vendérmelo y que me devuelvas los 24.000 Euros que te pagué hace cuatro meses por el coche. Yo te entrego el coche mañana mismo en perfectas condiciones y evitamos una sangría innecesaria. Si no aceptas este trato créeme que me voy a pasar los próximos meses recopilando pruebas contra ti y hablando mal de tu negocio en los foros de Internet. Dentro de medio año mi abogado te denunciará por incumplimiento de contrato y dentro de dos años un juez te declarará culpable y te obligará a devolverme los 24.000 Euros y a pagar las costas de mi abogado porque perderás el juicio. Como es lógico a mí me obligarán a devolverte el coche pero como comprenderás ya no estará en el estado de conservación que está en este momento.

A Swindler el cerebro le iba a mil por hora. Tiny magistralmente y antes de que Swindler abriese la boca finalizó diciendo:

– Vamos a hace una cosa. Salgo fuera a fumarme un cigarrillo y así te doy tiempo para pensar lo que más te conviene. Luego entro y me dices qué quieres que hagamos, ¿OK?

Sin dar tiempo a que Swindler dijese nada Tiny dio media vuelta y salió del local. Se encendió un cigarrillo y mirando a su hermano Half que estaba al otro lado de la calle le guiñó el ojo indicando que todo iba según lo previsto. Half vio el guiño de su hermano y sonrió. Una vez acabado el cigarrillo Tiny volvió a entrar al local. Swindler se hallaba de nuevo sentado en la silla mirando cómo se acercaba Tiny hasta la mesa. Tiny le preguntó:

– Bueno, ¿Qué hacemos?

– Está bien. Venga Usted mañana con el coche y tendrá un talón por valor de 24.000 Euros.

– Perfecto, pero antes de cerrar el trato quiero oír de tu boca la verdad sobre los 120.000 kilómetros que le faltan a mi coche. Sino, no hay trato.

– ¿Qué quieres que te diga? ¿Que fui yo quien hizo quitar los kilómetros de tu coche para poder venderlo a mejor precio? Pues sí, fui yo, ¿Cómo quieres que me gane la vida sino?

– Ese no es mi problema pero de todas formas gracias por decirme la verdad. Una última cosa: Además de los 24.000 Euros quiero otros 3.000 Euros en concepto de daños y perjuicios.

– ¡¿Qué?! –gritó Swindler–. ¡Confórmate con que te devuelva los 24.000 Euros y con que hayas disfrutado gratis del coche durante 4 meses!

– Verás Swindler. Tú me has estafado igual que debes estar estafando con casi todos tus clientes. No encuentro justo que cuando uno de tus clientes se entera que su coche tiene muchísimos más kilómetros de los que tú le aseguraste que tenía al vendérselo, en el mejor de los casos y después de verte acorralado, le devuelvas el dinero y aquí no ha pasado nada.

Swindler explotó:

– ¡Mira! ¡No me toques los huevos! ¡Te he dicho que vengas mañana con el coche y yo te devolveré tu dinero!

Tiny no dijo nada. Se quedó mirando fijamente a Swindler y espero cinco interminables segundos para finalmente decir:

– Tranquilo, vendré mañana, pero no vendré con mi coche. Vendré con mis dos hermanos y con un portátil a finalizar el acuerdo. Buenos días.

Tiny esbozó una enorme sonrisa y dio media vuelta. Salió del local y se dirigió hacia el lugar donde estaba su hermano Half. Antes de llegar sacó su teléfono móvil con grabador de MP3 integrado y pulsó la tecla “STOP”. Una vez estuvo frente a su hermano le dijo:

– ¡jod**! ¡Cómo se ha puesto el tío!

– Ya lo he visto, ¿Cómo ha ido todo? –preguntó Half.

– Exactamente como había predicho Max. ¡Ha sido increíble! ¡Parecía que Swindler estuviera leyendo unas notas escritas por nuestro hermano!. Y tú, ¿Te ha temblado el pulso?

– Qué va. Estas cámaras digitales con zoom de veinte aumentos y estabilizador de imagen integrado son fabulosas para filmar una pelea de hipopótamos a lo lejos o a un estafador confesando sus fechorías. Por cierto, ¿Ha cantado?

Tiny volvió a sonreír y le respondió:

– ¿Sabes los tres tenores en una velada memorable de ópera? Pues más.

– Fenomenal –dijo Half–. Ahora sólo falta que Max utilice su ordenador portátil para combinar lo que he filmado yo con lo que has grabado tú y presentarnos mañana con el portátil para enseñarle a Swindler el mejor video que haya visto en su puñetera vida.

Ambos se dirigieron hacia el coche de Half y entraron. Mientras Half introducía las llaves en el contacto Tiny cogió el móvil y llamó a Max. Sabía que estaba en una reunión pero se moría de ganas de contarle cómo había ido todo.

– Dime Tiny –contestó Max al otro lado de la línea telefónica.

– ¡Max! ¡Eres un puñetero crack! Cuando llegues a casa ves calentando el portátil que tenemos una cinta de video y una grabación de audio que vas a flipar, ¿Quedamos los tres en tu casa a las ocho de la noche antes de cenar?

– Perfecto. A las ocho en mi casa –respondió Max colgando el móvil acto seguido.

Cuando el coche ya arrancaba Tiny se giró hacia su hermano y le preguntó:

– ¿Oye Half? ¿No crees que nos hemos pasado?

– Mira Tiny: Dicen que quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón. A Swindler no le vamos a robar, simplemente le vamos a sugerir que nos devuelva lo que pagaste por tu coche más el beneficio extra que obtuvo estafándote que como vimos ayer en Internet mientras estábamos en casa de Max, es de como mínimo 6.000 Euros. ¿No es eso ser justo?

Tiny no le respondió. Se limitó a mirar al frente y a pensar de qué forma se podría erradicar de este país el cachondeo de los compraventa que manipulan los cuentakilómetros de los coches que venden para ganar una burrada de dinero adicional a costa de estafar a sus clientes y encima entregándoles coches con un aspecto exterior de “jovencito” pero con un estado mecánico real equiparable al de la salud media de cualquier anciano de 70 años. ¿Tal vez publicando su propia experiencia en Internet? Era una posibilidad.

 

Continuará…

 

**************************

 

Hola colegas, vuelvo a ser yo, Max.

 

Qué… ¿Os ha gustado? ¿Se os ha hecho pesado de leer? ¿Es demasiado largo? ¿Demasiado corto? ¿Queréis que le eche más madera a los siguientes capítulos o así os está bien?

 

Espero vuestras críticas tanto positivas como negativas.

 

Por cierto… ¡¡¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!!!

 

:drooling: Max Quake :clap1:

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Yo se de un listo que me iba a conseguir el coche deseado por mí, y me la jugó, y dejó escapar deliberadamente, para poder sacar más beneficio con otro coche más barato, dandome burdas excusas de que se lo habían quitado de las manos, y presumibles mentiras varias.

 

Espero que sea capaz de conseguirme lo que busco un Audi A3 1.9 TDI QUATTRO como el que tenía localizado, aunque tenga que mirar en toda alemania, porque sino me voy a poner como Max Quake o peor aún, ya que gran parte del coche está pagado.

:ph34r:

de qué forma se podría erradicar de este país el cachondeo de los compraventa que manipulan los cuentakilómetros de los coches que venden para ganar una burrada de dinero adicional a costa de estafar a sus clientes y encima entregándoles coches con un aspecto exterior de “jovencito” pero con un estado mecánico real equiparable al de la salud media de cualquier anciano de 70 años. ¿Tal vez publicando su propia experiencia en Internet? Era una posibilidad.
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Hola chabalitos, yo me acabo de bajar un A4 avant de Alemania, evidentemente, Luis me ha hecho ver la luz, aunque yo ya me lo suponia, tener un cambio de correas hecho con 70.000 no es normal, está claro, el caso es que el chabal que me lo ha bajado se ha quedado blanco cuando se lo he dicho, y tapando el precio de la factura que al le dieron en Alemania , en esta aparece como se lo venden por 68.000 km, a ver que pasa ahora, el si puede justificar que allí le han pegado el palo. Muy buena la novela, cojonuda y didactica sobretodo. Nos podriamos juntar y hacer una plataforma de engañados con este tema para hacer piña y así llamar la atencion a otros clubes como el Mpower de Bmw para crear firmas o algo así con el que poder llamar la atención a una administración que se preocupa de radares y pollas pero niega la atención a los coches que circulan por sus carreteras. Un saludo. Perdonad el rollo.

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